¿QUÉ CONOCEMOS DE LA DELINCUENCIA?

Antes de profundizar en el tema, es importante que conozcáis ciertos términos para llegar a comprender y afianzar vuestros conocimientos a cerca del tema en cuestión. 

En primer lugar, encontramos el término de menores. Estas son aquellas personas que aún no han alcanzado la mayoría de edad (18 años), por esto debe ser protegido y custodiado por sus padres o tutores. Esta minoría de edad abarca toda la infancia y parte de la adolescencia. 


En cuanto a la infancia, esta supone un periodo de tiempo que se engloba desde el nacimiento hasta los 11-14 años. Durante esta etapa, las personas se desarrollan tanto mentalmente como físicamente, por este motivo, dependiendo del tipo de infancia que haya vivido cada persona se pueden desarrollar problemas psicológicos y fisiológicos a lo largo de su vida.


La transición de la niñez a la edad adulta, pasa por la adolescencia, el cual es un periodo donde tienen lugar numerosos cambios tanto físicos, sociales, emocionales, etc. El adolescente empieza a relacionarse de forma diferente con sus progenitores y con sus círculos afectivos. En cuanto a sus progenitores, en esta etapa tiene lugar un rechazo de su protección y supervisión, y en cuanto a su círculo afectivo, experimenta la necesidad de ser aceptado y de compartir con sus amigos/as vivencias o experiencias de una persona adulta. 


Por último destacamos la delincuencia juvenil, la cual atribuimos a ciertas actitudes y conductas establecidas como delitos en el Código Penal cometidas por personas en un tramo de edad determinado. Nuestro ordenamiento jurídico hace referencia a los jóvenes de edades comprendidas entre los catorce y los diecisiete años, los adolescentes. Estos actos suponen un riesgo para la seguridad pública y por lo general se presenta a través de pandillas callejeras que cometen actos que están en contra de la ley.


Estos jóvenes no tienen un perfil definido, pero se diversifica en cuanto a los tipos de comportamientos delictivos y los factores que se asocian a estos. En primer lugar, encontramos el comportamiento delictivo como algo normal, que se genera a partir de las normas asociadas al contexto. En segundo lugar encontramos el comportamiento delictivo asociado a la infancia o a la edad media, donde se generan relaciones conflictivas con los padres o adultos cercanos, esto ocasiona problemas en el desarrollo. Otro comportamiento delictivo está asociado a etapas vitales, donde tenemos que diferenciar entre conductas delictivas pasajeras o temporales en la adolescencia y aquellas que se mantienen en el tiempo. Por último, otro de los comportamientos está asociado a problemas psicológicos o psiquiátricos. 

Existen muchos factores personales y ciertas situaciones que pueden favorecer la delincuencia, como pueden ser la falta de oportunidades, la crisis económica, la falta de unión familiar, así como la familiarización con las drogas.

IRENE GONZÁLEZ RODRÍGUEZ.

 


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